La relación comercial entre México y Estados Unidos ha sido históricamente una de las más dinámicas del continente. Sin embargo, no ha estado exenta de tensiones. Uno de los temas más delicados en esta relación ha sido la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a productos mexicanos, medida que ha generado preocupación tanto a nivel económico como político. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado público al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que apoye medidas más estrictas contra el tráfico de armas hacia territorio mexicano, como parte de una estrategia conjunta para reducir el flujo de drogas, particularmente fentanilo, hacia Estados Unidos.
Durante una conferencia de prensa en Palacio Nacional, Sheinbaum destacó que “la violencia y el narcotráfico en México están estrechamente ligados a las armas de alto poder que ingresan de manera ilegal desde Estados Unidos”, y subrayó que si se quiere contener eficazmente la crisis del fentanilo en territorio estadounidense, es necesario cortar de raíz la cadena que permite a los cárteles operar con fuerza en México.
El tráfico de armas ha tenido consecuencias devastadoras para México. Según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y diversas organizaciones civiles, más del 70% de las armas recuperadas en escenas del crimen en México tienen origen estadounidense. Estas armas han sido utilizadas en asesinatos, secuestros, extorsiones y enfrentamientos entre bandas delictivas y con fuerzas del orden.
Además del impacto directo en la violencia, la disponibilidad de armas ha contribuido al empoderamiento de los cárteles, quienes desafían al Estado en diversas regiones del país. Esto agrava la percepción de inseguridad, reduce la inversión y ahonda la desconfianza ciudadana en las instituciones.
El tráfico de armas no es un fenómeno aislado ni unilateral: es un problema de responsabilidad compartida. Tanto Estados Unidos como México deben asumir un papel activo en su combate. Estados Unidos necesita fortalecer su sistema de verificación de antecedentes, restringir la venta de armas de asalto y mejorar los controles sobre el desvío de armas hacia redes criminales. En tanto, México debe reforzar sus capacidades de inteligencia, vigilancia en puntos fronterizos y cooperación internacional. Sheinbaum también hizo un llamado al Congreso de Estados Unidos para que fortalezca los controles sobre la venta de armas, especialmente en estados fronterizos, y reiteró la disposición del gobierno mexicano de trabajar en conjunto para enfrentar tanto la violencia armada como la crisis del fentanilo.
El tráfico de armas de Estados Unidos a México es una amenaza transfronteriza que alimenta la violencia, debilita la gobernabilidad y pone en riesgo la vida de miles de personas. Resolver este problema exige un enfoque binacional y multifacético que incluya cambios legislativos, operativos de inteligencia, cooperación institucional y un compromiso firme de ambos gobiernos.