EL CONFLICTO ENTRE ISRAEL E IRÁN ES UNO DE LOS ENFRENTAMIENTOS MÁS COMPLEJOS Y PERSISTENTES EN LA POLÍTICA INTERNACIONAL.

 

Por: Jorge Gómez Carranco

Mis queridos lectores hoy les explicare brevemente sobre el conflicto que se está suscitando en el oriente medio, claro hablamos de Irán que, tras la Revolución Islámica de 1979, adoptó una postura abiertamente hostil hacia Israel, que considera un estado ilegítimo y opresor en Palestina. Por otro lado, Israel, establecido en 1948, ha visto a Irán como una amenaza por su apoyo a grupos militantes como Hezbolá y Hamas, por su programa nuclear.

La revolución iraní transformó la política exterior del país, convirtiéndolo en un actor que desafía el orden regional e internacional, especialmente a Estados Unidos, aliado cercano de Israel.

Irán busca ampliar su influencia en Oriente Medio y desafiar la presencia occidental en la región. Apoya a grupos militantes que luchan contra Israel, con la intención de debilitarlo o destruirlo. Israel, por su parte, busca garantizar su seguridad y prevenir que Irán obtenga armas nucleares, que podrían poner en riesgo su existencia. La rivalidad también tiene un fuerte componente ideológico y religioso, dado que Irán es una nación Chií e Israel una nación judía.

En los últimos años, la tensión ha escalado con varias acciones militares y amenazas. Irán ha desarrollado un programa nuclear que, según Israel y otros países, podría conducir a la fabricación de armas nucleares, aunque Irán afirma que su programa es pacífico. La comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos y Europa, ha tratado de limitar este programa mediante acuerdos como el JCPOA, aunque con resultados variables y en ocasiones retrocesos.

Por otro lado, Israel ha llevado a cabo ataques en Siria e Irán para destruir instalaciones relacionadas con el programa nuclear y evitar que Irán obtenga armas nucleares. Además, ha reforzado su postura militar y de inteligencia para prepararse ante posibles ataques desde Irán o sus aliados.

El conflicto ha contribuido a la inestabilidad en Oriente Medio, alimentando una carrera armamentística y fomentando la proliferación de grupos militantes apoyados por Irán. La tensión también ha provocado enfrentamientos en diferentes frentes y ha complicado los esfuerzos diplomáticos para lograr una paz duradera en la región.

A nivel internacional, países como Estados Unidos, Rusia y las naciones europeas han intentado mediar en el conflicto, promoviendo acuerdos y sanciones para limitar las actividades nucleares de Irán y reducir las tensiones. Sin embargo, la situación sigue siendo volátil y susceptible a cambios políticos internos y externos.

Hasta hoy, el conflicto continúa siendo una fuente de preocupación global. La posibilidad de una escalada militar mayor o incluso un conflicto abierto sigue presente, dependiendo de decisiones políticas, negociaciones y acciones de los actores involucrados. La comunidad internacional sigue buscando soluciones diplomáticas para reducir las tensiones y promover la estabilidad en la región, aunque los avances son lentos y a menudo enfrentan obstáculos.

El conflicto entre Israel e Irán es un escenario dinámico y en constante cambio, con implicaciones profundas para la seguridad regional e internacional. La resolución definitiva requiere esfuerzos diplomáticos sostenidos y una voluntad política que aún no se ha logrado plenamente, pero esperemos se pueda lograr.