Predicción Histórica
CHOLULA.- Los prejuicios ciegos; ya sean los que dominan a los judíos o a los gentiles incrédulos de la crucifixión pueden negar el salmo 22, es una predicción sobre la escena de la crucifixión. La primera parte de este salmo 1 al 21, evidentemente un relato de lo que Cristo habló con el padre durante las seis horas de sufrimiento en la cruz. Como se verá ninguna de las palabras de este pasaje extenso la pronuncia otra persona que no sea Cristo mismo, ni las palabras se dirigen a unan otra persona que no sea aquella a la cual se dirigen las palabras del versículo primero: “Dios mío”, a las siete declaraciones estimada que Cristo pronunció en la cruz, que son las que registran los evangelios, hay que agregar estos 21 versículos con su impresurable riqueza de revelación, todas las palabras procedieron de los labios del salvador moribundo.
Este salvo fue escrito mil años antes de la muerte de Cristo, describe vívidamente una muerte por crucifixión, fue muchos siglos antes que cualquier mente humana hubiera concebido por qué en él se habla ha sido abandonado por dios, este clamor, a pesar de las limitaciones que implica, relativas a la comprensión surgió de la humanidad del salvador. Esta verdad se hace evidente por el hecho de que él se dirige a dios en vez de dirigirse al padre, como ya lo hemos observado, la primera persona es el dios de la humanidad de Cristo; pero no es el dios de sus deidad, ni el de la segunda persona, más tarde, en el mismo salmo declara “Sobe fui echado desde antes de nacer, desde el vientre de un madre, tu eres mi dios”, (v. 10). Habiendo pronunciado esta plegaria inicial, de una vez defiende a dios con estas palabras: “Pero tú eres santo”; esta expresión de completa confianza y de esperanza en medio de tal abandono. Realmente ¿Por qué fue el abandono? Él no había hecho ningún mal durante los años que vivió sobre la tierra; el padre había manifestado su complacencia por la vida terrenal de su hijo, él sufrido había sido hecho ofrenda pro el pecado, y este es tan honroso que el padre parta su rostro de él.
El texto sagrado registra la experiencia de otros dos hombres que defendieron a dios en tiempo de grandes pruebas. Que esperan la muerte, y ella no llega, aunque la buscan más que tesoros. Job 1-24.
Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volverá allá, Jehová dio y Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito, Job 1-21.
Eliseo y la mujer semanita.- Te ruedo que vayas ahora corriendo a recibirla, y le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tú hijo? Y ella dijo: Bien. 2. Rey 4-24.
Si se quiere una comprensión clara de la obra redentora que Cristo realizó en la cruz, es necesario reconocer el hecho de su humanidad y de sus limitaciones reales, como dios estaba reconciliando en Cristo al mundo consigo mismo, Cristo que también es dios, sabía el perfecto significado de sus propios sufrimientos y de su muerte; pero como él era el cordero de dios, aprendió a obedecer la voluntad del padre, en relación con aquellas cosas que hasta el momento no se conocían. No podemos entender como pudo existir una actitud realmente contradictoria hacia el mismo asunto, el aspecto inexplicable de este hecho, sin embargo, no va contra su realidad; ni se debiera permitir que se modifique ni siquiera en el menor grado la fe de que, por un lado, la humanidad de Cristo estuvo sujeta a las normales limitaciones humanas, y por el otro, su deidad que se caracteriza por la omnisciencia y la omnipotencia estaba libre de limitaciones. Es error grave suponer que por causa de su deidad, él estaba exento de problemas humanos, e igualmente es un error sostener que, por causa de la presencia de la humanidad en él, su deidad fue restringida en algún sentido. Los hechos mil años que casi han pasado a la historia no ha cambiado este hecho. Cristo es el único que habiendo puesto toda su confianza en Jehová. “Dios nos Ama”.