CHOLULA.- Este día tiene un gran significado para muchos mexicanos, pero en especial para mí. Era el día de cumpleaños de mi esposa Liz y era toda una semana de festejo, pues siempre invitábamos los tamales; y aún más cuando teníamos el Bar Soprano, pues era fiesta desde temprano para clientes, amigos y familiares con música, asado de carnes, tamales y ambiente hasta ya muy entrada la noche. Siempre alegres y con gran placer recibiendo a todos los que llegaban y por supuesto ya habíamos llevado al niño Dios a misa y allí en Soprano hacíamos “la levantada del niño”. Por el cansancio era obligada una escapada de fin de semana para descansar un poco después de esa semana; pero veamos los orígenes: El día de la Candelaria es festejado cada 2 de febrero; se celebra la purificación de la Virgen, se viste al niño Dios y se lleva a la iglesia para ser bendecido. Después, quienes encontraron al niño en la rosca invitan los tamales. El día de la Candelaria se festeja exactamente 40 días después de Navidad -es decir, el 2 de febrero- y es debido a que, en ese día, la Virgen se purificó después del nacimiento del niño Dios y llevó candelas a la Iglesia para que estas fueran bendecidas. Este era el festejo original, sin embargo, en la época del Virreinato llegó a México y el día de la Candelaria coincidió con la temporada de siembra que iniciaba el 2 de febrero y se festejaba con exquisitos tamales como platillo principal. El 2 de febrero, la Virgen solía ser la protagonista del festejo, pues era cuando se cumplían exactamente 40 días después de Navidad, por lo que la Virgen acudió a la Iglesia para ser purificada y dar gracias a Dios por la llegada de Jesús a la Tierra. Desde entonces, se quedó como costumbre acudir a la iglesia cada 2 de febrero, para agradecer que el niño Dios trajera luz a los corazones de la humanidad. También según la tradición católica; un anciano llamado Simeón, quien era traductor de la Biblia del hebreo al griego, dudó traducir la palabra “Virgen” tal cual, pues él creía que lo correcto era poner “mujer”. Justo en ese momento recibió una revelación divina en la que se le indicaba que no debía cambiar el significado de la Virgen y también que no moriría hasta ver al niño Dios. Con la promesa de conocer al niño Dios, Simeón llevaba candelas a la Iglesia –como símbolo de la luz que traería el niño- hasta que llegó María con el pequeño Jesús en brazos y Simeón dijo “ya puedes dejar que muera en paz”, y cerró los ojos para nunca volver a abrirlos. En el Vaikrá (Tradición Judía) se indica que las mujeres a los 40 días de dar a luz tenían que ir a la iglesia para purificarse y dar gracias a Dios con una paloma. Sin embargo, con el transcurrir de los años, la paloma se transformó en una candela y desde ahí, al 2 de febrero se le conoció como día de la Candelaria. En cuanto a la influencia prehispánica los mexicas celebraban el principio del Atlcahualo -inicio de temporada de siembras. En esta fiesta se llevaba a bendecir el maíz que luego se sembraría como tributo a los dioses Tláloc y Chachitlicuetl con el fin de obtener buenas cosechas. Por lo anterior, en la época del virreinato y con la evangelización de los pueblos indígenas, hubo un sincretismo entre estas tradiciones y en México se volvió costumbre -en lugar de bendecir el maíz- comer tamales -como si celebráramos a Tláloc y a Chachitlicuetl- justo cuando se cumplen 40 días después del nacimiento del niño Dios. Actualmente el día de la Candelaria se puede celebrar de dos formas; la primera es una procesión dedicada a la Virgen acompañada de música y pirotecnia (como en Tlacotalpan o en Coyoacán), y la segunda es cuando los creyentes presentan a sus niños Dios en misa -los niños deben estar ataviados con distintos atuendos- y después invitan a la celebración en su casa donde dan de comer deliciosos tamales. La tradición de vestir a los niños Dios se deriva de la época del virreinato pues quizá surgió a partir de una tradición que las monjas tenían en la época virreinal -estas monjas vestían a los niños Dios para presentarlos en la Iglesia, justo como hizo en su momento la Virgen, pocos devotos relacionan la vela con la festividad de la Purificación de la Virgen, este acontecimiento se ha suplido con la imagen del Niño Dios, de hecho la mayoría de los practicantes de esta celebración no saben para qué son las velas. Las candelas evocan la iluminación del mundo por el Salvador.
Cómo vestir al niño Dios
Tradicionalmente: el primer año -en el que se tiene al niño- se viste de blanco, sin corona ni trono. En el segundo año ya puede llevarse un traje de color y el tercero se le viste como rey y se le coloca la corona pues según cuentan, ya puede realizar milagros. Esta celebración también coincide con el inicio de la temporada de siembra, donde se ofrecía tributo a deidades como Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl para tener una buena cosecha, alejar a las plagas y las inclemencias que pudieran dañar los cultivos. Dentro de lo que se acostumbraba ofrendar a los dioses destacaban alimentos provenientes del maíz entre los que destacaban los tamales, alimento que permanecería vigente a lo largo de los años en la gastronomía mexicana, siendo hasta la fecha uno de los alimentos más característicos de nuestro país y orgullo de nuestras raíces indígenas. Con gran placer todos los afectos a esta celebración, nos veremos por allí.