Por Gemma GRACIAN
CHOLULA.- Queridas y queridos lectores en pleno siglo XXI, las mujeres han logrado avances significativos en la lucha por la igualdad de género, pero aún persisten desafíos y derechos pendientes por alcanzar. Este artículo examinará algunas de las áreas en las que las mujeres siguen enfrentando obstáculos, destacando la importancia de abordar estos problemas para construir sociedades más equitativas.
Brecha Salarial:A pesar de los esfuerzos por cerrar la brecha salarial de género, las mujeres continúan ganando menos que sus colegas masculinos por realizar el mismo trabajo. La implementación de políticas salariales justas y la promoción de la transparencia salarial son esenciales para abordar esta desigualdad arraigada.
Violencia de Género: La violencia contra las mujeres sigue siendo una preocupación global. Es fundamental fortalecer y hacer cumplir leyes que protejan a las mujeres contra la violencia doméstica, el acoso sexual y otras formas de agresión de género. Además, se debe fomentar una cultura que rechace la tolerancia hacia cualquier forma de violencia.
Acceso a la Educación: Aunque se ha progresado en el acceso de las mujeres a la educación, persisten disparidades, especialmente en regiones desfavorecidas. Garantizar un acceso igualitario a la educación y promover la participación de las mujeres en disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son pasos cruciales hacia la igualdad.
Derechos Reproductivos: La autonomía sobre el propio cuerpo es esencial para la igualdad de género. Asegurar el acceso a la salud reproductiva, la contracepción y la interrupción del embarazo legal y segura es vital para empoderar a las mujeres y garantizar que tomen decisiones informadas sobre su propia salud.
Representación Política y Empresarial: Las mujeres están subrepresentadas en cargos de liderazgo tanto en el ámbito político como empresarial. Se requieren políticas que promuevan la igualdad de oportunidades y eliminen los sesgos de género en los procesos de selección y promoción.
Aunque se han logrado avances, aún existen derechos esenciales que deben garantizarse para lograr una verdadera igualdad de género. Abordar estos desafíos no solo beneficia a las mujeres, sino que también fortalece las sociedades al aprovechar todo su potencial, independientemente del género.