CHOLULA.- Mi familia no pudo entender porque aun siendo una adolescente siempre me encontraba muy triste porque a pesar de contar con una familia estable, asistir a una escuela y estar sana físicamente no era feliz, la verdad yo también me lo preguntaba.
Desde que tenía 14 años ya tomaba antidepresivos porque padecía de gran ansiedad y de constantes cambios de humor. Esta forma de vida me hacía sentir tan diferente al resto de mis compañeros de escuela, que un día quise morirme, intenté quitarme la vida. Me tomé una caja de pastillas que el psiquiatra me había recetado, sin embargo no lo conseguí, sólo dañé mi estómago y provoqué que mi familia se asustara.
A veces estaba muy irritable con todos, sentía que nadie me comprendía. En la escuela no le hablaba a nadie, me hallaba muy distante, como en otro mundo. Después de un tiempo tomando medicamentos, un doctor me hizo unos estudios para ver si no tenía un daño cerebral, sin embargo no encontró nada.
Una prima me habló de la terapia que ofrece el Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos, así comencé asistir. Debido a mi edad, dudaba que éste fuera un lugar adecuado para mí, sin embargo cierto día dejé de ingerir medicamentos y me sentí mejor, eso me dio gran esperanza.
Actualmente continuo asistiendo porque la relación con mi familia ha mejorado bastante y porque después de vivir una soledad tan dolorosa, hoy tengo muchos amigos.