Defender la democracia es defender los valores

* Que se le atribuyen a la decisión del votante

POR Jorge GOMEZ CARRANCO

CHOLULA.- Cualquier cosa que decidan los votantes en unas elecciones libres es ser democráticos, la democracia es un sistema en el que los ciudadanos deciden colectivamente por quien y, cierta medida, cómo serán gobernados, esta característica es definitoria, un régimen es democrático si y sólo si los ciudadanos son libres de elegir, incluso de destituir, a los gobiernos.

Minimalistamente hablando, s todo lo que hay en una democracia, mientras cumplan todos los prerrequisitos necesarios para que los ciudadanos elijan libremente a los gobiernos y las decisiones se tomen según los procedimientos establecidos, cualquier cosa que decidan los votantes es democracia.

Es cierto que los votantes deciden sólo indirectamente, eligiendo a las legislaturas: leyes las prueban los órganos legislativos, no los votantes, pero si la legislatura es elegida libremente y sigue los procedimientos al promulgar las leyes y si estas se aplican debidamente, la democracia no es cuestionable.

Varol se refiere como “sigilosas” medidas aparentemente democráticas destinadas a aumentar la ventaja electoral del titular. Berlusconi como Erdogan extendieron el derecho de voto a los ciudadanos residentes en el extranjero; está medida se revistió de un lenguaje perfectamente democrático extendiendo los derechos políticos a todos los ciudadanos, pero la motivación obvia era ganar votos.

En la concepción minimalista el valor de la democracia es intrínseco, independiente de todas las contingencias, no es más que la capacidad misma de la ciudadanía, como colectividad, de elegir gobiernos. Pero también tiene consecuencias valiosas, está capacidad genera la implementación de otro valor, a saber, la paz civil.

En palabras de Bobbio nos dice que cosa es la democracia sino un conjunto de reglas para solucionar los conflictos sin derramamiento de sangre.

Hay ideales e intereses supremos que el demócrata más ardiente podrá por encima de la democracia y, si declara una adhesión incondicional a tal régimen, lo único que quiere significar con ello es que se siente convencido de que la democracia garantizará tales ideales e intereses: libertad de conciencia y de manifestación del pensamiento, justicia, gobierno decente, etc.

Los aspectos normativos deseables de la vida política y a veces incluso la vida social y económica, se atribuyen a la democracia: representación, igualdad, participación, justicia, dignidad, racionalidad, seguridad, etcétera.

La dificultad actual es que todo es un “demócrata”; el fascismo y el comunismo fueron alternativas a la democracia racionalmente motivadas, elaboradas y ampliamente atractivas, sin embargo, el “fascista” se lance descuidadamente en estos días, ahora están muertos. Las posturas autoritarias están muy extendidas, pero el autoritarismo es un instinto, no una ideología. Cuando los valores que difieren a la democracia se dice que entran en conflicto ¿quién puede decidir que es o no es democrático?

Hoy los tribunales desempeñan un papel importante a la hora de supervisar que se cumplan las precondiciones para el libre ejercicio de la voluntad colectiva, concretamente que se respetan las normas que rigen las elecciones, son guardianes de la democracia en el sentido minimalista, pero incluso si algo es democrático en el sentido minimalista puede no ser constitucional.