Por Nancy LUNA SORCIA
CHOLULA.- A propósito de la tendencia que en los últimos meses se le ha dado a la astronomía debido a la confirmación de vida extraterrestre, hoy te compartimos algunos datos interesantes sobre el universo.
- El Universo observable tiene un tamaño de 93.000 millones de años luz. Esto significa que, teniendo en cuenta que la luz viaja a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, tardaríamos todo este tiempo en atravesarlo. Muchísimo más del que lleva existiendo (13.800 millones de años). En otras palabras, mide 10.000.000.000.000 de kilómetros.
- El Sol se encuentra en uno de los brazos de la Vía Láctea, una galaxia de tipo espiral. Y orbita a su alrededor a una velocidad de 251 kilómetros por segundo. Pero es tan increíblemente grande (unos 53.000 años luz), que el viaje hasta completar una vuelta le toma 200 millones de años.
- Einstein ya lo predijo con su teoría de la relatividad general. Y, en efecto, por sorprendente que parezca, el Universo no es una esfera. Es plano. Y lo confirman las observaciones. Al parecer, esto se debería a la compensación entre la materia y energía que conocemos y la energía oscura.
- A pesar de su divino nombre, ya sabemos que el planeta Venus es un lugar infernal: el calor es achicharrante y su superficie está devastada por un efecto invernadero de proporciones épicas que ha creado una atmósfera capaz de derretir hasta el mismísimo plomo. Sin embargo, una de sus curiosidades más llamativas es que, debido a su inusual rotación inversa, el Sol sale en este planeta al revés: sale por el oeste y se pone por el este.
- Hay físicos que consideran que el Universo es infinito, pero otros (la mayoría) que tarde o temprano morirá. Ahora bien, no está claro cómo. Enfriándose, siendo devorado por agujeros negros, deteniéndose el tiempo, desgarrándose, contrayéndose en un punto infinitamente pequeño para originar un nuevo Big Bang… Hay muchas teorías apasionantes.
- Eugene Shoemaker, codescubridor del famoso cometa Shoemaker-Levy 9, fue el fundador de la astrogeología e iba a ser el primer geólogo en caminar sobre la Luna. Lamentablemente, los problemas de salud le impidieron volar a la Luna durante su vida. En lugar de ello, entrenó a Neil Armstrong y otros astronautas para las misiones Apolo. En 1997, en busca de cráteres de impacto no descubiertos, fue a Australia, donde murió en un accidente automovilístico. En honor a sus contribuciones a la ciencia planetaria, sus cenizas fueron llevadas a la Luna a bordo de la sonda espacial Lunar Prospector de la NASA. Por ahora, él sigue siendo el único humano enterrado en la Luna.