Segunda parte
Por Dra. Frida PADILLA
Contacto: Twitter @DraPadillaB
CHOLULA.- Después de recibir el diagnóstico de hipotiroidismo, Sofía se encontró sumida en un mar de incertidumbre y cuestionamientos. ¿Cuándo había comenzado esto? ¿Podía ser contagioso? ¿Existía un componente hereditario? ¿Había algo en su dieta que lo hubiera desencadenado?
La doctora le explicó que para arrojar luz sobre estas inquietudes, era crucial realizar estudios adicionales. Se trataba de descubrir si su sistema inmunológico estaba desencadenando una inflamación en la tiroides o la hipófisis (las glándulas que orquestan la producción de hormonas tiroideas), o si algún crecimiento en la tiroides estaba perturbando su función. Le comento que el hipotiroidismo no era contagioso, y que tampoco se vinculaba con la ingesta de alimentos; su origen no era infeccioso.
Era como un misterio sin resolver, un enigma propio de las intrigantes historias que caracterizan las series de Netflix. Las piezas del rompecabezas se ensamblarían gradualmente, con cada pista que recolectara la investigadora, enfrentando desafíos y conflictos en cada episodio.
Guiada por estas pistas, Sofía se sometió a una batería de estudios complementarios, anhelando finalmente completar el rompecabezas que la aquejaba. Un escenario que involucraba gammagrafías, pruebas de anticuerpos anti tiroideos, análisis hormonales femeninos y una evaluación minuciosa de las glándulas suprarrenales. Durante este proceso, el médico a cargo del laboratorio le compartió un dato intrigante: había observado un aumento alarmante en pacientes con el mismo diagnóstico recientemente. La sorpresa y curiosidad de Sofía se dispararon. ¿Cómo podía ser esto si se había afirmado que no era contagioso? Este inesperado aumento de casos de hipotiroidismo se convirtió en un nuevo misterio por resolver.
Los resultados hablaban por sí mismos; el diagnóstico ahora tenía una identidad clara: Tiroiditis de Hashimoto, una afección vinculada a la desregulación del sistema inmunológico en la cual, como explicó la especialista, «el cuerpo se vuelve en contra de sí mismo». La urgencia del tratamiento se hizo evidente, ya que dejar la inflamación sin control podía acarrear daños irreparables a las células tiroideas. Era necesario tomar medidas lo más pronto posible para evitar consecuencias permanentes.
Además del tratamiento farmacológico, sería necesario seguir un plan nutricional que excluyera los alimentos desencadenantes de la inflamación celular, así como implementar un régimen de actividad física. Sin embargo, esta perspectiva generaba un torbellino de emociones en Sofía. Por un lado, sentía renuencia ante la idea de renunciar a los alimentos que disfrutaba. Por otro lado, el temor de aumentar de peso la invadía, y era consciente de que dar inicio a una rutina de ejercicio representaría un desafío grande.
Pero ya no quería seguir tenido todos esos malestares que le habían generado tanto conflicto en su vida personal y familiar, es así como inicio el tratamiento y se acercó a un equipo interdisciplinario que la empoderaron en el tema de bienestar.
Con el transcurrir de los meses, su cabello empezó a cubrir los espacios vacíos, las uñas dejaron de romperse, las taquicardias se esfumaron y su patrón de sueño se estabilizó. De manera asombrosa, sus pantalones empezaron a cerrar de forma más favorecedora, pero lo que resultaba verdaderamente maravilloso era el cambio en su estado de ánimo. Un cúmulo de energía la impulsaba a emprender múltiples actividades, y una peculiar sensación de alegría la invadía cada mañana al despertar.
Sofía se sorprendía ante la increíble capacidad que tenía un trastorno hormonal de modificar la vida de un ser humano. A pesar de su notable mejoría, una pregunta persistente seguía flotando en su mente: ¿qué podía desencadenar una desregulación tan significativa en el cuerpo? El origen parecía un enigma interesante. ¿Qué factores podrían provocar tal desequilibrio? La mención del médico sobre la presencia de casos similares al suyo agregaba un toque de misterio. ¿Qué conexión podía existir entre estas experiencias aparentemente compartidas? Y mientras se sumergía en sus reflexiones, las historias de sus amigas, con síntomas similares, añadían incertidumbre a esta complicada trama.
Sofía comprendió que adentrarse en una investigación más profunda podría ser la clave para descubrir respuestas y brindar apoyo a otros a través de su experiencia. Así dio inicio a un capítulo totalmente nuevo en su vida, marcando el comienzo de una historia que prometía impactar y resonar en múltiples vidas.