CHOLULA.- Yo pasaba continuamente frente a un edificio donde había un letrero que decía “Que si sentía: celos, miedos, angustia, soledad o tristeza” ahí me iba a poder sentir bien, en un grupo del Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos. Siempre imaginé que únicamente la gente que ya estaba en plena locura iba a ese lugar. Mucho tiempo pensé que esa terapia no era para mí aunque reconocía que si llegaba a sentir las emociones que decía el cartel, pero pensaba que no era como para llegar a un grupo del Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos.
Cuando viví la separación de mi esposo, no pude reaccionar de la mejor manera, lo único que sentí fue pánico a estar sola, miedo a quedarme únicamente con mi hija, empecé a sentir mucha agresión hacia a él y hacia a mí, mucha impotencia de no poner retenerlo, lo empecé a buscar por teléfono, en persona, en su trabajo, con su familia, con sus amigos, a todas horas, totalmente desecha, desesperada, angustiada.
Desde antes de casarnos sentí mucha inseguridad de mi esposo, siempre sentí miedo de que nos fuéramos a separar. Mi madre tuvo dos matrimonios con hijos de ambos y ellos eran irresponsables con ella, entonces yo me había propuesto tener algo diferente, un buen esposo y una familia unida.
Desde siempre sentí celos de toda mujer que se le acercaba a mi esposo, hasta de sus hermanas, de su mamá, y ni qué decir de sus amigas. Siempre anduve hurgando en sus cosas personales, pensando en que encontraría algo que lo delataría. Yo estuve a punto de correrlo de la casa varias veces, tan solo por mis sospechas.
Un día me di cuenta de que me engañaba con otra y empecé hacerlo sentir culpable, con pensamiento muy fuertes de mandar a matar a su amante y con toda la finalidad de que él se sintiera mal ingerí un puño de pastillas que no me causaron más que un fuerte dolor de cabeza, para que pensara que por su culpa yo me iba a matar. Cada vez me sentía peor, ya no podía dormir, no tenía apetito, me la pasaba llorando, me desentendí de mi hija totalmente. Yolo seguía buscando desesperadamente, me embaracé nuevamente y tuve un hijo, con el fin de que se quedara de nuevo conmigo, pero no regresó.
El día de hoy me siento muy feliz de haber llegado al Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos encontré a muchas personas que habían sentido lo mismo que yo, fui tomando consciencia de porque reaccionaba así, empecé a conocerme poco a poco, mi vida cambió desde lo más profundo de mi ser.