La permanencia de AMLO en la conciencia política de México: entre logros y controversias
Mtro. Gerardo GALICIA
CHOLULA.- Andrés Manuel López Obrador, conocido popularmente como AMLO, llegó al poder el 1 de diciembre de 2018 con una promesa transformadora. Bajo el estandarte de la Cuarta Transformación (4T), su proyecto aspiraba a cambiar los cimientos de la sociedad mexicana, igual que lo hicieron tres momentos históricos: la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910. Ahora, a solo cuatro meses del final de su mandato, AMLO se despide de la presidencia con un balance de logros importantes, pero también con proyectos que no se concretaron.
Entre los grandes retos de su administración, como la promesa de igualar el sistema de salud mexicano al de Dinamarca o sacar al ejército de las calles, AMLO no pudo cumplir completamente con algunas de sus propuestas más ambiciosas. Incluso, el emblemático caso de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014 no ha sido esclarecido.
A pesar de estos desafíos, la aprobación de AMLO sigue cercana al 60%, una cifra envidiable para muchos mandatarios en el mundo. Este alto nivel de aceptación se explica en parte por su éxito en temas económicos y sociales, donde el aumento del salario mínimo y la expansión de programas sociales han mejorado el poder adquisitivo de millones de mexicanos. Según la CONASAMI, el poder adquisitivo creció más del doble durante su mandato, sacando a más de cinco millones de personas de la pobreza.
Pero no todo es economía. AMLO ha demostrado ser un maestro de la comunicación política. A través de sus conferencias matutinas, las “Mañaneras”, ha mantenido un vínculo constante con el pueblo y ha logrado dirigir la agenda mediática, silenciando o relativizando las críticas. Este uso del discurso ha generado una narrativa donde el presidente es visto por muchos como un héroe o salvador, casi un mito en el imaginario popular, capaz de enfrentar las adversidades heredadas del pasado.
Sin embargo, sus detractores acusan a AMLO de ser populista y autoritario. Críticas al manejo de la pandemia, la creciente violencia y la militarización del país han sido aspectos negativos durante su mandato. Pero, al final, su popularidad ha sobrevivido y fortalecido gracias a su habilidad para conectarse con la ciudadanía y mantener vivo el espíritu de la Cuarta Transformación.
Ahora, en la antesala del inicio del nuevo gobierno, la continuidad de su legado parece asegurada con Claudia Sheinbaum, quien tiene la encomienda de continuar con su proyecto, de lo contrario irán perdiendo adeptos poco a poco.