CHOLULA.- Saludos, estimados compañeros en Alcohólicos Anónimos. Reciban un abrazo desde la bella Tlaxcala.
Al escribir estas líneas, me emociona saber que son como la experiencia que compartes en una junta y para mí una reunión es única; por eso vamos a disfrutarla; uno de los ingredientes principales por supuesto, es la experiencia vivida, de lo que éramos cuando nos alcoholizábamos, lo que vivimos cuando llegamos a AA y de lo que estamos viviendo en estos momentos. Quizá mi carrera de bebedor haya sido muy corta, pero mi derrota fue muy larga, es difícil digerir cuando eres joven, que eres incapaz de disfrutar del alcohol, que tu intención contrasta con el sufrimiento de una resaca y los sentimientos de culpabilidad de fracasar.
Esas lágrimas eran calientes, cayendo sobre mis mejillas, todo indicaba que acabaría loco por una falta de aceptación hacia mi cobrador más terrible de la vida, el alcohol. Todavía pasa por mi mente, al recordar esos amaneceres sin esperanza, una muerte en vida que no cesa, una copa más. El llegar a AA fue sin duda, la mano y la voz de un Poder Superior que desde las sombras de la aceptación yace, esperando. Espera tanto que, como alcohólico, uno cree que nos ha olvidado, que ya no vale la pena, que es un animal dejado a su suerte. De lo que no se percata el alcohólico es que su ignorancia y las emociones disparadas, le hacen experimentar “cortinas” de ira, odio y sentimientos de rabia hacia aquello que lo ha lastimado o amenazado.
Cegado por la auto-conmiseración y la melancolía por las cosas que exige a gritos y no consigue; ni reclamando comprensión, que lo amen, que siquiera se preocupen por él. La ignorancia no le deja ver que su depredador se esconde, se camufla como un experto. Se llama egoísmo, orgullo desbocado, soberbia rastrera, dispuesto a matarlo con un veneno que él mismo fabrica, nadie lo obliga, nadie lo amenaza, no hay necesidad de hacerlo, pero lo hace. Es una muerte inigualable.
Es difícil describir esta locura con palabras, pero la salvación yace en su mente, en el lado más oscuro de la llamada “materia gris”, hay una chispa por un solo acto de humildad, que la derrota en todo esto es la salvación, la aceptación es la base duradera. La derrota te enseña la verdad acerca de que eres un enfermo alcohólico y nada de este mundo te liberará de esa realidad. Por eso, un Poder Superior actúa de la manera más sencilla en una mente difícil. Conocerás la verdad y la verdad te hará libre.
Acepta que eres un alcohólico y sigue en libertad, porque ya no habrá lucha con el orgullo.
Les deseo bienestar y regalen lo mejor de ustedes para con otros, que estén cegados por la ignorancia de su orgullo. Compartan cual fue la llave que abrió la prisión, háblenles de su verdad. Felices veinticuatro horas.
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