El 17 de enero día de san Antonio Abad

* Se verificará la bendición de los animales

Por Epigmenio ROJAS CASTRO

CHOLULA.- El próximo martes 17 de enero, se celebrará a san Antonio Abad, protector de los animales, por lo cual en varios templos del municipio, se tendrá la bendición de los mismos, como ocurre cada año, siendo en Santa María Xixitla, y en el convento de San Gabriel, donde más se concentran los ciudadanos con sus mascotas.

Una de las tradiciones de  mayor arraigo entre la ciudadanía y que disfrutan principalmente los niños y las niñas, es el día de la bendición de los animalitos, las mascotas, para lo cual las preparan para poder llevarlas muy limpias, vestidas de acuerdo a la ocasión y hasta con vistosos adornos.

Son las mascotas las que llevan para la bendición la cual se verifica cada 17 de enero, en los 2 pasados años no se tuvo por efectos de la pandemia, para este año se espera que las condiciones de salud no se modifiquen y de esa manera poder realizar dicha bendición por la tarde, en varios templos de la ciudad y del interior del municipio.

Son principalmente perros, gatos y algún ave de corral y de jaula, los que llevan para ser bendecidos, en años pasados se ha visto como a los perros los visten de manera simpática ya sea con suéter, algunos portan su traje, a otros solo un enorme moño en el cuello, otras mascotas por el tipo que se trata solo llevan su moño, y se ha visto que llevan becerros, pollos, caballos peces, tortugas, gatos, en fin la mascota que se tiene en casa.

Las bendiciones serán a las 16 horas en Santa María Xixitla, a las 17 horas en el convento de san Gabriel, en el atrio.

Esta tradición se basa en que san Antonio Abad, fue declarado protector de los animales, fue un monje cristiano perteneciente al movimiento eremítico, del que también se le reconoce fundador. Se cree que su pensamiento influyó en las estructuras y manifiestos de todas las obras monacales de pobreza.

Entre las características más destacables de la vocación religiosa de San Antonio cabe mencionar que abandonó todos sus bienes terrenales para dedicarse a una vida ermitaña de servicio vocacional. Este hecho tuvo lugar poco después de perder a sus padres, mientras leía en el Evangelio la invitación que Jesucristo hace a sus apóstoles: “dejen todo y síganme”.

Antonio Abad nació en Heracleópolis Magna (Egipto) en el año 251 d. C. Aunque de su vida previa a la consagración religiosa no se tiene mucha información, podríamos decir que llevó una primera juventud tranquila y sin preocupaciones. A los veinte años escuchó el llamado de dios y decidió dedicar su vida a servirle.

Una de las afirmaciones más populares que se realizan en torno a la figura de San Antonio es que en varias ocasiones fue tentado por el demonio: a través de imágenes y sensaciones que consideraba impuras y que le alejaban del objetivo que tenía como fundamento de su vida, que era la entrega absoluta a dios y a la santidad.

Cabe mencionar que a lo largo de la historia del arte, muchos artistas le han dedicado obras a esos momentos decisivos en la vida de San Antonio Abad. Paul Cézanne, El Bosco, Eleona Carrington y Diego Rivera, son algunos de los más destacados. En el caso de Eleonora, es ésta una de sus pinturas maestras.

San Antonio Abad, patrono de los animales

De la vocación de San Antonio Abad para ayudar a los animales no se sabe mucho, lo que sí se cree es que durante su vida ermitaña consiguió entablar lazos cercanos con animales salvajes a quienes alimentaba privándose a veces de su propio alimento.

Antonio Abad es el considerado el patrono de los animales. Por esta razón, en los países católicos, en el día de la festividad de San Antonio muchas mascotas son llevadas a las iglesias levantadas en honor a este santo para que sean bendecidas por el sacerdote que oficia de párroco.

Cabe señalar que su vida pasó a la historia gracias a la hagiografía que escribió sobre él San Atanasio que fue un gran amigo suyo. Es posible, por tanto, que muchas de las afirmaciones que se repiten sobre él tengan un matiz de exageración debido a esa admiración que Atanasio no escondió en su texto.