Consultoría Política Profesional
CHOLULA.- Este martes estuvieron en Cholula la Dra. Martha Hernández, Marco Sifuentes multi-premiado consultor mexicano y Leandro Fagúnez consultor uruguayo para presentar el libro: Consultoría Política Profesional, escrito por la Dra. y con prólogo de Marco Sifuentes… pero ¿cuál es la importancia de esta visita? Martha Hernández es Doctoranda en Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica Argentina, Magíster en Estudios Políticos; Especialista en Televisión de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, Colombia. Comunicadora Social y Periodista de la Universidad Minuto de Dios. Directora Académica de la Asociación de Consultores, Estrategas e Investigadores Políticos – ACEIPOL.– La Crujía. Directora Académica de la Cumbre Mundial de Comunicación Política. Ganadora del premio Napolitan Victory Award 2021 en la categoría Honorable Mentions Individuo; Reconocida como una de los 100 profesionales de la industria de la Consultoría Políticos más influyentes a nivel mundial en 2019, Ganadora en la Categoría Mujeres Influyentes del Premio Napolitan Victory Award 2018. Consultora experta de la Unión Europea con 30 años de experiencia como estratega político.
Marco Sifuentes sabe de lo que habla cuando le preguntamos sobre la importancia de la consultoría política. Los profesionales de la consultoría política son importantes para diagnosticar un problema o situación determinados, el contexto económico, político, social y electoral. Para ofrecer, de acuerdo a nuestros conocimientos y experiencia, una o varias soluciones, una estrategia política, un plan de acción, una narrativa efectiva, emotiva, inspiradora, para resolver un conflicto o ganar la elección y, posteriormente, ayudar a las y los gobernantes a comunicarse de manera asertiva con la sociedad, asegurándoles a las ciudades, provincias o estados y países, gobernabilidad, estabilidad política y paz social. Si bien es cierto que los datos de las encuestas son importantes “constituyen solo la parte inicial del proceso”. Lo fundamental es “tener claro cuáles datos y para qué los necesitamos y una vez obtenidos, decidir qué hacer con ellos. Ahí es donde entran la estrategia, la planeación y la ejecución, bajo la conducción, la guía y la maestría del consultor y estratega. En pocas palabras, el que mide no decide y el que paga no manda; se deja guiar”. Al igual que un médico, nos dice Sifuentes, “Ayudamos a prevenir y aliviar males sociales, curamos y sanamos hemorragias políticas; intervenimos, operamos y salvamos vidas y carreras políticas; ayudamos a nacer a nuevos gobiernos y los acompañamos en su desarrollo y crecimiento”. Los consultores políticos, aclara, no somos “niñeras, alcahuetes, ni damas de compañía. Siempre debemos trabajar con responsabilidad, objetividad, desapego emocional y la suficiente distancia crítica para actuar con profesionalismo”. Platicando de manera concreta sobre los gobiernos estatales en México, Sifuentes nos comenta que ante el cúmulo de retos que enfrentan, requieren “de la legitimidad, la adhesión y el consenso, que solo se consiguen a través de una comunicación abierta, honesta y empática que les permita estrechar sus lazos con la sociedad; abrazar las mismas causas y trabajar en equipo para atenderlas y llevarlas adelante”. Para lograr una buena relación entre la sociedad y el gobierno es necesaria “una estrategia muy clara, una planeación eficaz e implementar todas las acciones y políticas públicas en función de un mensaje unificador, capaz de alentar la participación ciudadana y de significar para cada segmento de la población y cada ciudadana, ciudadano, joven, mujer, niña, niño, adulto mayor, productor del campo, trabajador, comerciante, emprendedor o profesor, un beneficio real, una esperanza, un motivo por el cual seguir creyendo y apoyando a su líder para hacer realidad sus sueños”. De eso se trata la comunicación política, señala, “Y para eso estamos los especialistas, para apoyar a las y los gobernantes en esta difícil, aunque noble, tarea”. El poder de la estrategia y la narrativa. “El mejor ejemplo es el de Tere Jiménez, la gobernadora de Aguascalientes, de quien he sido consultor por años, desde que buscó y ganó por primera vez la alcaldía de la capital, su reelección, su sucesión como alcaldesa y la gubernatura que, por cierto, ganamos por más de 20 puntos porcentuales de diferencia”. Pese al gran posicionamiento de Morena y del presidente Andrés Manuel López Obrador, “diseñamos una estrategia muy clara desde el principio: mantenerse cerca de las y los hidrocálidos, apoyarlos, sentirlos y hacerse sentir por ellos; defender sus valores, aquello que aman y compartir sus sueños”. “Creamos un gran eslogan, inspirador, memorable y muy efectivo, un llamado a luchar por ¡Lo que tanto queremos!”. “Este es el poder de la estrategia y de una buena narrativa, aunque ambas deben estar respaldadas con hechos, con soluciones y con esa cercanía que distingue a Tere y que la hacen vibrar en la misma sintonía que las familias hidrocálidas. Lo mismo hicimos con Esteban Villegas en Durango, bajo el eslogan ¡Con trabajo y valor!, una estrategia de empoderamiento social y una narrativa alegre y esperanzadora”. Gobernar con éxito es saber escuchar a la gente. Después de ganar la elección, lo que sigue es que el gobierno logre una gestión exitosa y de alto impacto social. Por lo que Sifuentes nos comenta, desde su perspectiva como consultor y estratega político, lo que se requiere para lograrlo. Lo primero “es la escucha social, por supuesto las encuestas, los grupos de enfoque y el listening digital, pero no como meros datos que luego no hallan qué hacer con ellos, sino con propósito, descifrando el estado de ánimo de la sociedad a fin de alcanzar un sentimiento compartido, capaz de convocar, provocar y entusiasmar a millones de personas en torno a un proyecto común, de unidad, de paz, de bienestar y, por qué no, de felicidad”. Como segundo paso, “Se requiere trabajar y resolver, porque de nada sirven las buenas intenciones y la popularidad, si no se materializan en resultados, en más y mejores empleos, oportunidades de desarrollo, obras y servicios de calidad, bienes públicos tangibles e intangibles”. Sifuentes advierte que “no bastan la popularidad y la inercia ganadora de un partido, y menos el creer que la aprobación del presidente alcanza para todas y todos” Tercero y último: “Saber comunicar, con sencillez, con un lenguaje en común y de manera clara, concisa y precisa; quienes aspiren a gobernar una ciudad, cualquier estado o el propio país, requieren, hoy más que nunca, la enorme habilidad de entablar un diálogo permanente y vibrante con ese pueblo al que por décadas se dejó de escuchar y que tiene no solo mucho que decir, sino la última palabra a la hora de poner y quitar gobernantes y regímenes enteros”. México necesita verdaderos líderes. La preparación de los políticos es un tema que aborda de manera recurrente Marco Sifuentes, ya sea en sus conferencias “Lecciones sobre Elecciones” que imparte en varias partes del mundo, como en su columna en el periódico Milenio Diario, que se publica todos los lunes. “La mejor escuela para un político está en la historia, la literatura, las ciencias sociales, la poesía, el teatro, la música y otras manifestaciones artísticas y culturales, donde se resume y acumula la grandeza de la humanidad, así como lo mejor y lo peor de la naturaleza humana, sus virtudes, debilidades y vicisitudes”. Sostiene que “quien pretenda gobernar a una sociedad, lo mínimo que debe hacer es conocerla. Lo que México espera de sus gobernantes, asegura Sifuentes, es “que sean verdaderos LÍDERES, con mayúsculas, que sumen, que encabecen, que inspiren y aglutinen la energía y la fuerza de toda la sociedad para transformar su propia realidad y asegurarles a las generaciones futuras el México unido y en paz que hoy nosotros nos hemos negado”. En resumen, “un líder escucha, suma, une, trabaja, resuelve, inspira, contagia y se deja ayudar, ahí es donde entra el consultor, para asesorarle, acompañarle y fortalecerle. Ese ha sido mi trabajo como consultor y estratega político”. Finalmente, después de apoyar los triunfos a las gubernaturas de Aguascalientes y Durango, Marco Sifuentes planea el próximo año ganar Coahuila y, por segunda ocasión, el Estado de México, como lo hiciera hace cinco años con Alfredo del Mazo. Yo conocí a Marco hace algunos años en el CEN del PAN aprendiendo a diseñar campañas políticas en el juvenil. Entonces éramos jóvenes inquietos, muy activos e inconformes con la situación política que prevalecía en esos momentos, corrimos algunas aventuras aplicando estas incipientes estrategias en campañas electorales; pero él en especial me impresionó por ser un personaje único, un líder natural que sabía hacerse escuchar y seguir con una meta fija en la mente. Ganar fuerte para gobernar bien. Decidido porque para él no había imposibles, obtenía recursos y apoyos de muchos lados y aplicaba todas sus ideas innovadoras en campañas que parecían imposibles de ganar. A esa corta edad ya había asesorado a Presidentes como el de Tonalá y otros alcaldes de Torreón y Durango además había diseñado estrategias de comunicación como el de una manzana mordida cruzada de una señal de alto que portaban todos los servidores públicos, policías y agentes de tránsito del municipio donde manejaba la comunicación. “No a la mordida” era el eslogan. Ojalá todos los que han levantado la mano para un cargo de elección en Cholula y conurbados, y los que ahora lo detentan; pudieran dejarse aconsejar por este tipo de consultores. Yo les aseguro que obtendrían resultados fabulosos y no darían vergonzosos palos de ciego. Nos veremos.