Por: Jorge GÓMEZ CARRANCO
CHOLULA.- Los partidos son aquellas instituciones que representan, en la interfaz entre la sociedad y el poder legislativo, diferentes puntos de vista sociales sobre o que debería ser bueno para todos, la función democrática específica del partido solo se puede comprender si se tiene clara su función legislativa, que está preestablecida en la constitución, lo que les quiero decir es que nosotros como ciudadanos tenemos el derecho de agruparnos y participar en la formación de la vida política del país. Y a los partidos políticos les toca proponer y legislar para el bien común, con la finalidad de coaptar afiliados, que se interesen por la ideología partidista que promulgan con base a sus estatutos y principios.
Una buena representación tiene mucho que ver con el control ejercido a través de las elecciones, pero a partir de un momento dado, también con la confianza en la capacidad para tomar decisiones de sus presentantes, y no ser considerados simplemente representantes de intereses, sino más bien, paladines de diferentes opiniones sobre e bien común.
Es innegable que en los últimos 25 años los partidos políticos han perdido poder de representación, la composición social ya no refleja la estructura social de la población por que ciertos ámbitos sociales, grupos de ingresos o profesiones están notablemente sobrerrepresentados. Pero como nos damos cuenta de esta perdida es fácil la disminución de la participación electoral y del numero de afiliados que tienen los partidos políticos, sus procesos de formación de voluntad política escasa de asistencia, todo esto a consecuencia de la falta de confianza y credibilidad en los partidos políticos y los malos gobiernos que se han tenido.
La, escases de propuestas de orientación entre partidos gira alrededor de personas, coaliciones y cuestiones particulares; cada vez hay menos diferencia entre los partidos, por ello la expresión coloquial de las personas del PRIAN, PRIMOR etc. que creen son lo mismo, ya no hay competencia, se dan con mayor naturalidad las coaliciones y polarizan la política, perdiendo con ello la importancia de su razón de existencia. La competencia entre los partidos se limita principalmente a ver la superficial mas no el fondo por ejemplo se discute el monto del salario mínimo y no el concepto de salario mínimo en sí; la mayor parte de las veces solo unos pocos expertos entienden cabalmente como se alcanzará un objetivo específico o cómo se aplicará una medida específica y a medida nadie se ocupa del tema dando como resultado la falta de credibilidad con la ciudadanía que creyó en aquel político que nada más prometió.
El liderazgo político no debe limitarse a un simulacro de moderación de las diferencias de opinión, donde haya necesidad de poner dirección en ciertos temas sociales, el liderazgo político debe actuar y no solo garantizar la lógica del discurso, sino también para promover la participación y la pasión por la democracia; la capacidad de liderar se puede fomentar y enseñar ante la disminución de recursos humanos, los partidos tendrían que prestar especial atención a esta tarea y lograr el objetivo de salir victorioso en las elecciones.