* Con devoción y alegría se vivió la tradición * Solo la pandemia la pudo evitar 2 años
Por Epigmenio ROJAS CASTRO
CHOLULA.- Con mucha devoción, con alegría, con cierta inquietud, se vivió y disfruta lo procesión de los faroles, manteniendo la tradición de llevar en hombros las imágenes patronales de cada uno de los 10 barrios y de la virgen de los Remedios, por las calles de la ciudad, la noche del 31 de agosto, para poder estar en el santuario de la patrona del valle cholulteca, a la media noche y cantarle las mañanitas y ofrecer una misa de agradecimiento y sobre todo en su honor.
Luego de 2 años de no haberse podido celebrar esta tradición de la procesión de los faroles, por los efectos de la pandemia, se volvió a vivir, la tarde del 31 de agosto se vivía cuando el cielo se llenó de nubes negras, y un torrencial aguacero cayó en la ciudad, las calles, como es tradicional con el fenómeno natural con fuerza, se inundaron. En los templos de cada barrio, los hijos del mismo, pacientes aguardaban que dejara de llover, le ponían el impermeable a la imagen.
La lluvia pasó, y rápidamente el Mayordomo patronal y los hijos del barrio, tomaron la imagen en hombros, y salieron rumbo al santuario, tras ellos la banda de viento, tocando, anunciando el paso de la imagen, la cual llegó al pie de la escalinata al santuario, durante el trayecto no faltaron los cohetes. Ahí al pie de la escalinata, aguardaron la bajada de la imagen de la virgen de los Remedios, para dar inicio a la procesión. Al no estar ya lloviendo, le retiraron el impermeable a la imagen, para que todos la pudieran ver mejor.
Así empezó la procesión, por la avenida Morelos, y seguir el tradicional recorrido, cada imagen escoltada por los hijos y vecinos del barrio, ya fuera San Miguel Tianguisnahuac, Jesús Tlatempa, Santiago Mixquitla, San Matías Cocoyotla, San Juan Calvario Texpolco, San Cristóbal Tepontla, Santa María Xixitla, La Magdalena Coapa, San Pedro Mexicaltzingo, San Pablo Tecamac, cada uno con sus faroles, música, alegría, porras.
Así se fue desarrollando el recorrido, empezaba a chispear, y para no correr riesgo, de nueva cuenta les colocaron sus impermeables. Regresaron en momento que deberían de estar de nueva cuenta al pie de la escalinata, y así subieron con la imagen en cuesta hasta el santuario, donde se le cantaron las mañanitas, se ofició la misa concelebrada en honor a la virgen, iniciando los festejos en honor a la santa patrona del valle de Cholollan.