Cubre-boca

Por Nancy LUNA SORCIA

CHOLULA.- El cubre-boca se ha vuelto una medida indispensable para la vida diaria de todas las personas del mundo desde hace dos años por la pandemia de covid-19.

Sin embargo, esta prenda se ha usado desde hace 500 años, ya fuera como disfraz, aditamento fúnebre para las mujeres victorianas, barrera de protección contra el gas cloro y el gas mostaza durante la Primera Guerra Mundial o para evitar la contaminación ambiental en 1952.

En 1897, el bacteriólogo e higienista alemán Carl Georg Friedrich Wilhelm Flügge demostró que se expulsan gotitas al aire, no sólo al toser y estornudar, sino al hablar también.

Ese mismo año, el trabajo de Flügge motivó a Jan Mikulicz Radecki a promocionar el uso quirúrgico de máscaras de gasa y prevenir a la gente de morir por infecciones tras operarse

Años después, en 1905, la investigadora estadounidense Alice Hamilton impulsó a las enfermeras a colocarse el cubre-boca sobre la nariz para evitar contagios por la fiebre escarlata.

En 1910, el epidemiólogo chino Wu Lien-teh descubrió que las bacterias también se transmitían por el aire, de persona a persona. Su hallazgo detuvo en 1911 el avance de la plaga de Manchuria, gracias a su iniciativa para usar el cubre-boca.

Para 1918 se reportó que el cubre-boca redujo complicaciones por difteria (infección bacteriana igualmente propagada por gotitas) en pacientes operados. A partir de ese año se comenzaron a esterilizar los cubre-boca tras su uso y remplazar los usados por limpios.

Ese mismo año, al final de la Primera Guerra Mundial, estalló la pandemia de gripe española, nombrada así porque España fue el primer país en informar del brote. Murieron alrededor de 50 millones de personas por este virus.

En 1926 se hizo obligatorio el uso del cubre-boca en quirófanos de todo el mundo, cuando en heridas infectadas se encontraron los mismos microorganismos que había en la nariz y garganta de cirujanos y enfermeras.

El médico estadounidense Herbert Mellinger, en 1930, puso un pedazo de goma o hule entre dos capas de gasa para crear un cubre-boca “antigérmenes”.

La creación del cubre-boca o mascarilla N95 llegó en 1992, cuando el científico taiwanés Peter Tsai lideraba un equipo de investigación en la Universidad de Tennessee para desarrollar una tecnología de carga electrostática, para filtrar partículas no deseadas. Se llaman N95 porque filtran el 95 por ciento de partículas en el aire.