Por Nancy LUNA
CHOLULA.- La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres precristianas de los pueblos del norte, entre los siglos IV y VI. Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera.
En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes comenzaron a utilizar este símbolo durante el Adviento: aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la Verdad suprema: Jesús es la Luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo. Esa costumbre se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos.
El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también simboliza el amor de las personas a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.
Verde es el color de esperanza y vida. Este es el mensaje de Dios que quiere que esperen su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final. La iglesia afirma que el anhelo más importante de los católicos debe ser llegar a una unión más estrecha con Jesús.
Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento. Las familias acostumbran hacer una oración antes de encenderlas.
La Corona de Adviento tiene tres velas moradas y una rosada que se enciende el tercer domingo de Adviento.
El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo 29 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.
El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia.
El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.
Siguiendo con las velas, el color morado representa el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener para prepararnos adecuadamente para la llegada de Cristo. Mientras que la rosada representa el gozo que sentimos ante la cercanía del nacimiento del Señor.
En algunos lugares, todas las velas de la Corona se sustituyen por velas rojas y en la Noche de Navidad, en el centro, se coloca una vela blanca o sirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe.
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