* Arqueólogos y antropólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia encontraron en Puebla un grupo de entierros humanos, los cuales en su mayoría podrían estar relacionados con las epidemias decimonónicas
PUEBLA.- Arqueólogos y antropólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que realizan trabajos de conservación y rehabilitación en el templo de San Francisco Javier, en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla encontraron un grupo de entierros humanos, los cuales en su mayoría podrían estar relacionados con las epidemias decimonónicas y, especialmente, con la época de la invasión francesa y el imperio de Maximiliano de Habsburgo, entre 1862 y 1867.
“Es un hallazgo inédito porque se tiene poca información sobre arqueología urbana, es decir hallazgos que nos permitan conocer los datos de la evolución de la ciudad de Puebla y saber cómo ha ido cambiando en algunos periodos, estos hallazgos evidentemente que se alojaban en lo que era la antigua nave, el antiguo templo… Se han encontrado diferentes individuos, estamos hablando de alrededor de una veintena”, dijo Manuel Villarroel, director del INAH Puebla.
El templo de San Francisco Javier construido a mediados del Siglo XVIII funcionó como colegio Jesuita, más tarde fue un hospital donde se atendían a enfermos de epidemias como la viruela, durante la batalla del 5 de Mayo fungió como fuerte y a finales del Siglo XIX se convirtió en una de las penitenciaria más importantes de México.
Ocho entierros con restos óseos de 20 individuos
Hasta el día de hoy se han localizado principalmente en el presbiterio y la antigua nave, ocho entierros con restos óseos de 20 individuos.
Junto con las osamentas fueron encontradas suelas de zapatos, botones de ropa y una cruz de metal que una mujer debió portar como collar, los cuales se estima corresponden a la segunda mitad del siglo XIX.
“Vamos bajando por niveles métricos de 10 centímetros o depende de las características de la capa estratigráfica, puedes ir retirando, retirando con la ayuda de los auxiliares y la excavación de entierros es muy meticuloso… Algunas, la verdad, muy superficiales aproximadamente a 50, 60 centímetros, otras hasta 2 metros 20, 2 metros 40”, detalló Ivan Ramírez, arqueólogo de campo del INAH.
Hasta el momento se desconoce a qué época corresponde cada una de las osamentas por lo que se realizarán estudios para determinar su edad, sexo y condiciones genéticas.
“Todavía falta ahora que investiguen las enfermedades, te van a dar el tipo de la comida que había o sea todo esto te da una gran historia, vuelvo a insistir de lo qué hay abajo y qué no conocemos, pero qué ratifica la vida de la ciudad”, precisó Sergio Vergara, secretario de Cultura del Estado de Puebla.
Los expertos no descartan que pudieran encontrarse más osamentas mientras avanzan los trabajos en este inmueble de la ciudad de Puebla.